viernes, 15 de febrero de 2008

De vuelta online

Honestidad brutal

Antes que nada, aclaración necesaria para llevar ¿tranquilidad? a quienes nos hicieron llegar su inquietud: Corazón Celeste se dejó de actualizar temporalmente por cuestiones propias de quienes humildemente hacemos esta página.

Creo que es importante aclarar eso ya que en el pasado fin de semana aconteció un hecho que indirectamente afecta a nuestro medio y a todo el planeta Temperley: una supuesta agresión a un periodista de Aquí Temperley el día sábado puso en vilo a la actualidad Celeste. No es mi intención –por otro lado, tampoco me corresponde- hacer justicia ni juicio de valores sobre nadie; simplemente daré mi punto de vista ante semejante acontecimiento.

Durante casi 2 décadas el medio en cuestión fue un estandarte de cómo hacer periodismo sin escrúpulos de ningún tipo. Agravios, denigraciones y atrevimientos de todo tipo hicieron que Aquí Temperley se convirtiese en consulta obligada para todos los hinchas, más por necesidad informativa que por gusto personal. Quizás, el vacío informativo debió haberse llenado con plumas oficiales con afirmaciones, en lugar de tantas insinuaciones.

Quien escribe esta opinión tuvo la suerte de trabajar en el Departamento de Prensa durante 6 meses en el pasado 2007 y conoce el paño: derechos extraordinarios y permisos especiales son sólo algunas de las ventajas con las que este medio cuenta (contaba, al parecer) durante mucho tiempo. Estas cuestiones tuvieron un desenlace triste, con un joven cronista –de quien doy fe que simplemente se limitaba a trabajar- que aparentemente fue golpeado y con un medio partidario –quizás el más importante- menos en oferta del socio y del simpatizante.

Entre tantas incertidumbres, se abren nuevos interrogantes que, esperemos, el tiempo se ocupe de develar: ¿existió la agresión o fue una salida ruidosa?, ¿en Temperley hay dirigentes que operan maliciosamente?, ¿todos esos “beneficios” con los que contaba Aquí Temperley, son novedades para la presente CD?

Por último, y para dejarlo asentado públicamente, tanto yo como el resto de nuestros colaboradores, nos solidarizamos con el periodista Darío Fernández sea cual sea el desenlace de esta historieta. Después de todo, la integridad física y moral de las personas está por encima cualquier programa, dirigente o Club.

Cierro con un deseo: APRENDAMOS A DIALOGAR Y VIVAMOS EN PAZ.


Federico Benencio.

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